F1 Baréin, el circuito del desierto
El circuito de Baréin es una cita obligada para el Mundial de Fórmula 1 desde 2014. Se trata de un circuito de 5412 kilómetros al que, en las pruebas de este campeonato, se dan un total de 57 vueltas. Ver a los campeones del mundo pilotar en medio del desierto es, sin duda, una experiencia inolvidable.
La creciente popularidad que el campeonato mundial de Fórmula 1 estaba alcanzando en todo el mundo llevó al príncipe de Baréin Salman bin Hamad Al Khalifa a tomar la decisión de llevar a su país este espectáculo deportivo. Eligió Sakhir para impulsar un macroproyecto millonario que culminó con la creación de un circuito largo, rápido —sobre todo en el primer sector— y polvoriento, no en vano se localiza en pleno desierto, por lo que la acción del viento sobre la arena del entorno es una de sus principales peculiaridades.
Su construcción, realizada por el alemán Hermann Tilke en 2004, incluye curvas extremadamente técnicas y complejas, como la 9, la 10, la 16 y la 18. Conseguir entradas de F1 en Baréin asegura emoción, espectáculo y máxima diversión. Lo imprevisible es un elemento habitual sobre esta pista, en la que el agarre no siempre es el idóneo, es preciso tirar de frenos con frecuencia y la tracción y la aerodinámica de los automóviles desempeñan una influencia decisiva. Por eso, los aficionados que disfrutan de sus entradas F1 en Baréin saben que, en cualquier momento, todo puede cambiar.
Curiosidades sobre el circuito de Baréin
La incertidumbre es un ingrediente permanente en las carreras de coches que se celebran en Baréin. Dado que las curvas se suelen tomar a una velocidad media, ofrece importantes oportunidades de adelantamiento para los pilotos más experimentados... y lanzados. De hecho, la vuelta más rápida del circuito está en poder de De la Rosa. Desde su inauguración en 2004, las entradas F1 para el GP de Baréin se han vendido muy bien año tras año, excepto en 2011, cuando el GP no pudo celebrarse a causa de diversas revueltas y conflictos producidos en el país. La fuerza visual, la magia del espectáculo de la Fórmula Uno, la diversión permanente y esa experiencia vívida que se disfruta siempre al asistir a un Gran Premio de estas características se completan en Baréin con la máxima emoción que alimenta este rápido y peligroso circuito, en el que se han producido impactantes accidentes, algunos de ellos protagonizados por pilotos tan afamados como Hamilton (2008) y Raikkonen (2006). El GP se suele celebrar en el mes de abril, en una época clave para la clasificación final del campeonato del mundo de Fórmula Uno.
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